El mañana no estará asegurado para nadie

Las empresas públicas, con cada día que transcurre tengo muy claro quien no debe gestionarlas y me refiero a los políticos. Un mal endémico que hace que muchas de ellas no prosperen adecuadamente arrojando dividendos en negativo. La gobernanza de las mismas deberían pasar por la separación de propietarios y gestores, como la obligación de hacerlas rentables, pasando por modelos de nombramientos de directivos formados en gestión de empresas que no sean influenciables por las decisiones de los políticos de turno.

Un problema y bastante complejo es la falta de profesionalización de los miembros que forman parte del consejo de administración. A mi parecer, las actividades de empresas públicas deberían generar una rentabilidad similar a las empresas privadas, algo complicado a día de hoy pero no imposible, con la posible compensación con contratos programa, subvenciones, ventajes fiscales; todo esto debería suceder de forma separada a través de procedimientos transparentes y auditables inexistentes hoy día.

Una alternativa interesante es que dentro de los consejos de administración cuenten con consejeros independientes en sus órganos rectores, así como un sistema de organización que premie el mérito y no el clientelismo, tal y como sucede en entidades públicas en Ceuta, de esta manera erradicamos los famosos nombramientos a dedo de los políticos. Sería esencial contar con un procedimiento reglado inexistente en nuestro país para el nombramiento de altos cargos en entidades públicas, algo que si es efectivo en otros países.

Otra de las mejoras necesarias para los consejos de administración, sería el planteamiento de un mandato claro por parte de la propiedad que estuviera compuesto por personas elegidas de forma transparente en virtud de su cualificación. Sería esencial que en caso de corrupción en la gestión de empresas publicas se implanten mecanismos de revisión independientes y que se tomen medidas adecuadas en este tipo de casos. Los cargos políticos con capacidad de influencia en las condiciones operativas de las propias compañías, a mi parecer, no deberían formar parte de las mismas.

Para finalizar respecto a si se debería hacer pública la empresa de limpieza, opino que no, porque tenemos ejemplos claros como EMVICESA, donde la corrupción sobre el tema vivienda acecha a la ciudad, o ACEMSA, aguas de Ceuta, otro fiasco de gestión de empresa pública, el Hotel Puerta de África, que acumula un déficit de 800.000 euros desde el año 2020 según datos de la empresa municipal que lo gestiona, por ello creo que tendría que seguir siendo gestionado por una empresa privada por el bien de los ceutíes, hasta que la administración pública coloque a personas que sepan gestionar de verdad un patrimonio tan importante.

Visto lo visto y con los ejemplos anteriormente expuestos, creo que la empresa de limpieza no debería ser pública, ya que está más que demostrado que no saben gestionar nada y que el interés que tienen en hacer las cosas bien, está muy lejos.

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